Vivimos en una época en la que una gran sobreinformación nos lleva a estar más desinformados que nunca. ¿Qué es real? ¿Qué no es real? ¿La información que lees o ves es real o está comprada por alguna razón? ¿Somos marionetas dirigidas según los intereses de algunos o somos libres? Si dudas o contradices cualquier cosa, ¿eres negacionista por ende?
¿Debemos seguir los estereotipos que nos marca la época o el momento actual? ¿O al menos debemos ser libres en vestir y lucir lo que nos apetezca? «Asco de todo» refleja y a la vez se inspira en una mezcla de todos estos hechos. Para entender lo que este trabajo nos ofrece, debemos centrarnos en los pequeños detalles del look, como, por ejemplo, un cabello blanco con un dibujo en medio bien posicionado. La colección recrea la necesidad de algunas personas de retocarse el cabello ellos mismos durante el confinamiento. En aquellos momentos, quienes no pudieron salir de casa por miedo tuvieron que arreglárselas cómo podían, desde cortarse el cabello a colocarse una extensión.
¿Podían haberlo hecho mejor? ¡Quién sabe! ¿Estaban felices y a gusto con el resultado en ese momento? ¡Sí! Porque tenemos que ser felices y tan solo aprender a contradecirnos a nosotros mismos en cómo hacer algo mejor para uno mismo, no para el resto. Porque si tú te ves genial cómo vistes, cómo bailas o con quién vayas por la calle, significa que vas por el camino correcto. El mensaje que quiere hacer llegar es que dejemos de preocuparnos por la opinión ajena, los demás van a emitir su crítica igualmente; harán lo que les convenga y, de todos modos, no vamos a poder controlarlo.
Para la realización de esta colección se han mezclado diferentes técnicas. Por un lado, se pretende lograr la perfección para conseguir ciertos colores o cortes, pero a la par simula las limitaciones que cualquier persona tendría en su casa, en el caso de deber haber seguido ellos mismos los procesos. Durante aquellos meses tan rocambolescos, se hizo evidente como mucha gente intentaba trabajar diferentes técnicas sin los conocimientos ni las herramientas adecuadas. Si pretendían cortarse el cabello, utilizaban las tijeras de cocina, por ejemplo. Eso se refleja en la colección, como en la imagen con las extensiones en blanco con verde, una de ellas está «mordisqueada» de delante a atrás y la otra a la inversa. Lo que se intenta mostrar es el resultado de cortar mal hasta posicionar mal una extensión.
En cuanto a una aplicación inadecuada de la coloración, se refleja en la imagen del cabello morado que muestra cuál es el resultado de alguien que trata el color en su casa sin expandirlo bien, dejando zonas más tintadas. Toda la idea de la colección radica en emplear técnicas un poco mezcladas, sin pretender la perfección en ningún momento.
También se inspiran en el mundo de las raves o fiestas ilegales, hacia donde se escapaban algunos para desahogarse y al que acudían con el mejor look que le permitían sus limitaciones. Sin embargo, pese a la imperfección, consiguen su objetivo, ser felices, aunque la gente quiera condenarles.
Y de ese concepto surge la idea de las luces y la sobreinformación de las imágenes. Un intento de saturación de detalles para confundir y no saber qué observar, aunque como principal protagonista final queda la persona y su look.